Las victorias que la báscula no cuenta (y que son las más importantes)
- Paola Solorzano
- 25 jul
- 2 Min. de lectura

Cuando pensamos en transformación después de la cirugía bariátrica, es fácil imaginar solo un número en la báscula. Pero ese número nunca cuenta toda la historia.
La realidad es que la verdadera magia del proceso está en los pequeños logros del día a día.Los llamamos non-scale victories (NSV) y son esas cosas que cambian tu vida sin que tengan nada que ver con kilos perdidos.
1. Cruzar las piernas cómodamente
Parece algo pequeño, pero para muchos pacientes es un símbolo de libertad física.Este simple gesto habla de mayor movilidad en las caderas, menos dolor en las articulaciones y más comodidad en tu propio cuerpo.
Por qué celebrarlo: según la ciencia de la motivación, estos hitos visibles ayudan a reforzar nuevas conexiones cerebrales. Cada vez que notas una mejora concreta, tu cerebro libera dopamina: la hormona del “placer por el progreso”.
2. Subir escaleras sin quedarte sin aire
Más allá de la estética, el impacto de la cirugía se nota en la salud cardiovascular y pulmonar. Cada escalón que subes sin sentir que te falta el aire te recuerda que tu cuerpo empieza a funcionar mejor.
Por qué celebrarlo: la actividad física sin dolor ni fatiga crea un círculo positivo: te anima a moverte más, a cuidar tu alimentación y a seguir avanzando. Los estudios muestran que cuando celebras estos logros, es más fácil mantener hábitos activos a largo plazo.
3. Dormir bien por primera vez en años
El sueño reparador es una de las victorias silenciosas más transformadoras.Dormir mejor significa que tu cuerpo está recuperando equilibrio hormonal y energía.
Por qué celebrarlo: dormir bien regula hormonas como la leptina y la grelina, que afectan el hambre y la saciedad. Este descanso, junto con la pérdida de peso inicial, reduce la apnea del sueño y mejora tu estado de ánimo.
4. Entrar a una tienda y probarte algo sin miedo
El impacto emocional de vestirte sin ansiedad es enorme. La cirugía abre la puerta a nuevas experiencias, pero el cambio real está en la relación contigo misma.
Por qué celebrarlo: las pequeñas experiencias de autoeficacia fortalecen tu autoconfianza. Y cuando la confianza crece, la toma de decisiones saludables se vuelve más natural.
5. Atreverte a salir en la foto
Dejar de esconderte detrás de la cámara y volver a aparecer en los recuerdos familiares es una victoria emocional profunda.
Por qué celebrarlo: reconocer tu propio lugar en esos momentos genera pertenencia y gratitud. Según estudios de psicología positiva, la gratitud y la conexión social reducen la ansiedad y la depresión, factores que muchas veces acompañan a la obesidad.
¿Por qué enfocarse en estas victorias?
Porque la báscula es solo una herramienta. Si todo tu valor se mide en números, corres el riesgo de frustrarte en los momentos en los que el peso se estanca (y eso pasa en todos los procesos).
Cuando empiezas a mirar estas otras victorias, tu viaje deja de ser solo sobre perder kilos y se convierte en algo mucho más profundo: ganar vida.
La próxima vez que te sientas estancada, hazte esta pregunta:
¿Qué cosas puedo hacer hoy que hace un año parecían imposibles?
Ese es tu verdadero progreso.
Ahí está tu historia.


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